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martes, 23 de octubre de 2012

CRÓNICA DE UN SUEÑO

Ayer tuve un sueño. Soñé con unos caminos empedrados entre campos mojados bajo un cielo inclemente que secuestraba el sol. Y soñé con sonidos de pies y patas con prisas, con aurigas arrastrados por veloces animales, con miradas fascinadas, con sonrisas empapadas, con carros de fuego.
Ayer tuve un sueño. Sobre una colina inmensos seres entrelazados creaban en el horizonte una cadena ansiosa pero firme, tejían con líneas inquebrantables un anhelo compartido. Y en una armonía se aunaban ladridos intensos con voces ateridas y miles de ecos. Y tan sólo un instante.... el silencio solo invadido por el temblor de la tierra marcada por miles de huellas convencidas de una misma dirección, de una misma fuerza. 
Y soñé que llegaban una tras otra aquellas esperanzas unidas por lazadas inquebrantables. Soñé que alcanzaban el final deseado, y que las nubes caprichosas se abrían por fin haciendo cautivo al frío, al desasosiego, a la tristeza, a la humedad, a la incertidumbre. Soñando ví como se posaba el laurel sobre sus frentes altivas y orgullosas y el manto de la victoria se extendía infinito. Y la trémula piel se coloraba de pasión y las manos gélidas se unían en protestas de admiración, de amor. Y el círculo de la existencia completaba su trazo incluyendo los aullidos y los gritos y nada ya era excluído. Y desde el pedestal del triunfo un nuevo centauro susurró en cada alma: !corre, vamos corre, no te detengas.....Corre por ellos!








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